14 Feb EL VENENO EN LA NOVELA DE MISTERIO
Es un clásico utilizar el veneno como forma de matar a los personajes en las novelas de misterio. Los clásicos de la novela negra han usado esta forma de morir desde que existe este género y, se puede decir, que fueron muy escrupulosos en la narración de los síntomas, tiempo de actuación y posible reanimación de esta sustancia. Todos los autores de novela negra, pues, se han caracterizado por tratar el veneno con un exquisito rigor, para no incurrir en errores a la hora de relatar un crimen por envenenamiento, por lo que, leyéndoles hemos ido aprendiendo de los diferentes venenos que existen y su reacción en los humanos.
El veneno es un arma muy recurrente en este tipo de novelas, dado que se ejecuta sin apenas riesgo para el criminal pues el tóxico, a veces, actúa con retardo y no requiere la presencia física del asesino cuando muere la víctima, luego este no necesita coartada. En otros casos, la víctima no puede defenderse pues este tipo de sustancia, en ocasiones, tiene un efecto tan fulminante, que no tiene tiempo a reaccionar. Y en ocasiones, el toxico es de efectos tan tardíos que, cuando se da cuenta la víctima, ya es tarde para hacer nada. Las situaciones son muy variadas y dan muchas posibilidades al escritor, por eso ha sido un tipo de muerte muy utilizada.
A la largo de la literatura son muchos y muy variados los tipos de veneno utilizados: cianuro, arsénico, estricnina, morfina, curare, ricina, muscarina. Y lo más variado eran los efectos que provocaban estas sustancias en los personajes, desde que el asesino tirara a la víctima por una ventana haciendo creer que era debido a un acceso de locura, como en “Un crimen dormido” de Agatha Christie, hasta utilizar el veneno para producir drogadicción, como es el caso de “La maldición de los Dain”, de Dashiell Hammett.
En el caso de la escritora británica, el veneno fue el protagonista de muchos de sus asesinatos, pues plasmó en su obra los conocimientos de química que había adquirido en las dos guerras mundiales, al trabajar como enfermera en los dispensarios de los hospitales de Torquay y del University College de Londres, una experiencia que ayudó a que los protagonistas de sus historias fueran asesinados con mucho rigor químico.
En todas estas novelas se descubre que el veneno no sólo es un instrumento, sino un protagonista capaz de propiciar las historias sobre asesinatos más extraordinarias, las tramas más complicadas y las situaciones más difíciles de resolver.